La educación española vive una de sus etapas más negras de los últimos tiempos. Y es que su calidad está dejando mucho que desear entre los miles y miles de alumnos que, a pesar de estar pagando una auténtica barbaridad, no están recibiendo esos conocimientos que demandan y que de verdad necesitan para convertirse, en el futuro, en profesionales realmente cualificados.
¿Cuál es la alternativa? Afortunadamente existen en nuestro país muchas más opciones que la que representa el modelo público. Los modelos concertado y privado suponen una gran oportunidad en un campo como este gracias a su apuesta por profesionales con un currículum contrastado. Y es que el profesorado es un arma que define la calidad de unos estudios. Por eso tener en plantilla a gente comprometida y que de verdad sienta una vocación por enseñar es tan importante.
Hace tres años se abría para mí una nueva etapa. Acababa Bachillerato y llegaba el momento de abrir mi periplo universitario. Mostraba un gran interés por una carrera como Turismo, pero al obtener información sobre la calidad de un grado como este en algunas universidades como la Complutense, la Universidad Rey Juan Carlos o la Universidad de Alcalá, había descubierto que existía un gran elenco de imperfecciones en ellas. Según me decían, los profesores faltaban un número indecente de veces a clase y eso impedía un seguimiento y un aprendizaje adecuados.
En cuanto a lo que a mí afectaba, yo no quería cursar un grado así. Muy al contrario, mis pretensiones eran las de matricularme en una universidad que fuera capaz de proporcionarme una educación lo más completa posible a un precio coherente. Ninguna de las anteriores satisfacía mis pretensiones y por ello me veía obligado a buscar más allá para tratar de obtener la educación que creía que debía corresponderse a mis necesidades.
Comencé a obtener información acerca de diferentes alternativas. Aunque resido y he pasado la mayor parte de mi vida en Madrid, no había descartado la posibilidad de salir de la ciudad para marcharme a estudiar a otro sitio. Por eso me pareció interesante valorar la opción de matricularme en Formatic Barcelona, una de las escuelas universitarias privadas de la Ciudad Condal en la que podría obtener una educación de lujo en el terreno del Turismo.
Era una opción más que apetecible. La Escuela llevaba ejerciendo un servicio educativo desde 1974 y por tanto contaba con el factor de la experiencia. Decidí ponerme en contacto con su Secretaría para obtener una mayor cantidad de información sobre la escuela y sobre la carrera que quería cursar. Me atendieron de manera personalizada, resolviendo mis dudas e indicándome todos los trámites que debería realizar si finalmente tomaba la decisión de matricularme.
La opción ideal
Sabía que tendría pocas opciones mejores que aquella. Por eso comuniqué a mis padres mi deseo de trasladarme a Barcelona y cursar Turismo en Formatic Barcelona. Les facilité toda la información que me habían proporcionado desde la secretaría y les gustó la alternativa. La decisión pasaba entonces a estar tomada: me marchaba a estudiar a Formatic Barcelona.
La decisión, una vez completado el tercer año de carrera, no ha podido ser mejor. Tal y como me prometieron, recibo una atención completa y personalizada, algo que por desgracia no ocurre en las universidades públicas españolas y por lo que se debería apostar si de verdad se quiere que la oferta educativa nacional sea de mayor calidad.
Apenas falta un año para que termine la carrera y me incorpore al mundo laboral. Tengo la sensación de que cuando eso ocurra tendré muchas más oportunidades de encontrar un buen trabajo que muchos de los estudiantes que han decidido hacer esta carrera en una universidad pública. En Formatic Barcelona me han enseñado más cosas y, sobre todo, cosas más útiles. Y es que tener el mejor profesorado, el mejor material y las mejores instalaciones surte efecto.