Se acerca un nuevo tiempo meteorológico, muchos ya lo estamos notando en nuestras ciudades y pueblos con una lluvia que no ha dejado de caer en lo que va de semana. Es el otoño, que por fin se ha manifestado. Una estación de esas en las que estar en casa apetece. Tiempo de película y manta pero también, por qué no, de lectura. Para disfrutarlo más, evitando que me moje mis cristales en casa, de forma que pueda leer con mucha luz pegada a la ventana sin cerrar la persiana para que estos no se manchen, yo misma he encargado a Toldos Clot la instalación de una pérgola en la terraza del salón. Ya solamente falta una selección de las mejores lecturas para esta época, algo que os vamos a regalar en este artículo.
Yo, por mi parte, soy muy fan de los libros que publica Ediciones Aljibe, ya que están especializados en aquello a lo que yo me dedico, la educación. Con estos puedo especializarme y aprender nuevas técnicas que después pongo en práctica en la formación de mis alumnos. Pero he de reconocer que lo que más tira para nuestro tiempo de asueto y ocio son las novelas y los best sellers, por eso os voy a recomendar algunas de las novedades de este otoño.
- Las chicas (o Les noies, porque también ha salido al mismo tiempo en catalán), es un libro sobre crecer y sus peligros, sobre el instante ominoso en que todo puede saltar por los aires. Un debut rotundo de Emma Cline que confirma todas las expectativas. Cline es conocida porque ha trabajado como lectora para The New Yorker y ha publicado textos de ficción en revistas como Tin House o The Paris Review, que en 2014 la consideró merecedora de su Plimpton Prize. Las chicas, su primera novela, llega precedida de una extraordinaria expectación internacional: fue el libro más codiciado en la feria de Frankfurt de 2014, y los derechos de traducción se han vendido en treinta y cinco países, mientras que el reputado productor Scott Rudin planea adaptarla a la gran pantalla. Esta novela está ambientada en California, en el verano de 1969. Evie Boyd, de catorce años, no está donde querría estar. Su presente la tiene sumida en la apatía; su futuro inmediato, un internado, se le antoja una humillación. Los rituales inocentes de la amistad púber ya no le sirven, y los chicos aún no le hacen caso. Evie busca una salida que toma la forma de unas chicas: misteriosas, elegantes, sexuadas, impregnada de promesas de libertad. Las chicas la subirán a un autobús y la llevarán a un rancho, donde, lideradas por Russell (músico reconvertido en gurú omnipotente), consagran sus días a la vida natural, atravesada por una subcorriente erótica que estimula e inquieta. Y cuando un aire enrarecido empieza a traer las primeras señales de su error, Evie ya no será capaz de verlas.
- La niña que no podía recordar. Se trata de nuevo de otra escritora, Clara Tahoces, una grafopsicóloga y escritora especializada en misterio y enigmas, que se inicia en el mundo de la novela negra este libro. La historia arranca en 1971, cuando Sandra, una niña de seis años, sufre la inesperada muerte de su madre. Su abuelo paterno comienza a darse cuenta de que la niña experimenta un misterioso rechazo hacia su padre. Él no lo sabe, pero su nieta ha visto algo que ni ella misma es capaz de recordar. Tras el terrible suceso que marcaría a Sandra para siempre, Tahoces da un salto en el tiempo y nos transporta a julio de 2006. Durante las excavaciones de los túneles de la M‐30 en Madrid, uno de los peones halla una pulsera de oro entre la tierra removida. Instantes después, el peón fallece a causa de un desgraciado accidente con una excavadora. En medio del revuelo, uno de los ingenieros descubre la pulsera en el suelo, y movido por una corazonada, decide guardársela sin decirle nada a nadie. A partir de ahí, se desencadenarán una serie de sucesos extraños que parecen interconectados. La historia va dibujando un puente temporal entre lo que sucedió en Madrid en 1971 y lo que sucede en 2006. La autora nos relata paralelamente la historia de Sandra en el pasado y los extraños sucesos que acontecen treinta y cinco años después alrededor de esa pulsera hallada por casualidad. La pulsera se convierte así en la gran incógnita, uniendo ambas historias en una sola, planteando hasta qué punto un objeto puede atraer la fatalidad.
Para los amantes del ensayo
Para aquellos que prefieren el ensayo a las novelas, Gilles Lipovetsky, el pensador francés, acaba de publicar De la ligereza, después de ensayos tan celebrados como La era del vacío o La estetización del mundo. Un examen del rasgo esencial de los tiempos modernos y sus problemáticas consecuencias; un texto pionero y polémico. El texto se centra en la ligereza, la tendencia dominante en el espíritu de nuestra época y se manifiesta en casi todos los aspectos del mundo occidental. El fantasma de la ligereza, la miniaturización, la provisionalidad, la liberación de todas las ataduras, la evanescencia, la frivolidad y la virtualidad recorre Occidente. La ligereza es un valor, un ideal, un imperativo: estamos en la civilización de lo ligero. La última modernidad ha desencadenado una revolución liberadora que sin embargo presenta una doble cara. Por un lado se caracteriza por la búsqueda y el cultivo de la libertad individual, la comodidad, la indiferencia, lo cool, la relajación interior. Pero por otro tiene contrapartidas peligrosas. Los individuos necesitan sentirse libres, pero también quieren establecer vínculos. El resultado de esta tensión es una angustia que no cesa. Un ensayo pionero.