Cuando era niña siempre deseaba la llegada de la Navidad y no por lo regalos y las chucherías, sino por el ambiente que envolvía todo, era maravilloso. Lo malo es que cuando acababan siempre me quedaba un poco desilusionada. Me quedaba con las ganas de una Navidad Americana que, lógicamente, aquí no tenía. Veía en las películas árboles de Navidad inmensos, luces de colores, nieves, casitas de golosina, palos de caramelo, duendes y papás Noel por la calle, centros comerciales, parques, y villancicos sonando en cada rincón, tanto en equipos de sonido como en la boca de la gente por los barrios estadounidenses y luego aquí, en casa, no había ni gota de nieve, se ponía un triste Belén que no me dejaban tocar para que no rompiera las figuritas y ponían villancicos sólo el día de Navidad para tenerme contenta.
También soy consciente de que si lo de aquí, con los Reyes Magos que van en camello subiendo por los balcones de cada vivienda y el niño Jesús berreando entre paja esperando la mirra, el incienso y el oro es un poco raro, lo de que un señor gordo vestido de rojo con barba blanca baje por chimeneas pues resulta aún más ridículo, sobre todo teniendo en cuenta que viaja en un trineo arrastrado doce renos voladores capitaneados por Rudolf, un reno simpático que lleva una nariz roja a modo de señalización para que los aviones lo vean venir y no tengamos un disgusto. Pero cuando eres pequeño eso no tiene importancia, porque es la magia que envuelve todo lo que realmente hace que esa época del año sea fantástica y yo, que siempre me quedé con las ganas de ver algo así, voy a crear una fiesta mágica solo por mis hijos.
Hay quien pensará que es un gasto de dinero innecesario y es posible que tenga razón pero si mi familia, que se encuentra en una posición bastante privilegiada, no puede permitirse el lujo de llenar de ilusión la vida de sus niños ¿para qué sirve entonces el dinero?
El 23 de Diciembre
Este año los niños dejarán de acudir a la escuela por las vacaciones de Navidad el día 22 de diciembre que cae viernes, y mi intención es llenar de magia el colegio de mis hijos el día 23, sábado, para lo que ya he obtenido el permiso de la dirección a cambio de correr con todos los gatos del evento. El AMPA (asociación de padres y madres del colegio), por su parte, me ayudará con los preparativos y la organización. Estarán invitados todos los niños matriculados en el colegio junto a todos sus hermanos y dos acompañantes, que pueden ser sus padres o no.
El patio de la escuela de mis hijos tiene forma de «L» por lo que podemos ver dos zonas completamente diferenciadas y que pienso saber utilizar bien. Lo tengo todo pensado, e incluso apalabrado con las empresas proveedoras, así que a día de hoy, dos meses antes del evento, ya sé que será todo un éxito.
En la entrada, dos árboles de navidad gigantes a modo de columnas recibirán a los invitados de la fiesta, donde dos madres voluntarias del AMPA tacharán a los niños que vayan llegando junto a sus dos acompañantes para asegurarnos de que no venga más gente de la invitada que pueda colapsar la fiesta. La decoración será sublime, pues he contratado el alquiler de dos empresas diferentes especializadas en la decoración de centros comerciales para que llenen todo de luces, arbolitos e incluso casetas de “caramelo” de atrezzo por toda la primera zona del patio. Allí mismo también será donde se servirán bebidas, con el consiguiente ponche de Navidad sin alcohol, y habrá una mesa gigantesca de turrones que ya he encargado a Adelia Iváñez que, además, no será la única, pues mi intención es poner otra mesa igual de grande dividida en dos, a un lado pondré dulces de navidad como galletas con formas divertidas y demás dulces americanos (ya estoy viendo la galleta de Jengibre entre mis dedos), al otro lado un gran surtido de saladitos para que la gente se sirva al gusto. Probablemente lo encargaré todo en El Molí Pan y Café, porque ya he visto varios paquetes de catering que no están nada mal.
Pero ese será solo el principio, la zona donde niños y padres podrán hablar y reponer fuerzas antes de girar la esquina de la «L» del patio y encontrarse con todo un Universo Paralelo de Navidad, lleno de nieve (bolas de poliespan), luces, duendes, una casa enorme de Papá Noel y tres o cuatro castillos hinchables de tucastillohinchable.com para que jueguen y se diviertan.
La música de Navidad, con villancicos españoles y estadounidenses, sonará a todo volumen por el sistema de audio del colegio y habrá gymkanas con diferentes actividades dirigidas a niños de 4 a 9 años por un lado, y a niños de 10 a 14 años por otro. Será magnífico.
Mi intención es que tenga tanta afluencia que el año que viene sea el propio colegio el que quiera repetir y organizar algo similar, tal vez incluso se pueda hacer una tómbola para recaudar fondos para alguna ONG y así convertir la fiesta en algo mucho más positivo.
Sea como sea, este año pienso llevar la magia a la escuela de mis hijos porque no es tan complicado hacerlo y a veces se nos olvida que es eso lo que hace de esas fechas una época tan especial.