Tradicionalmente se ha promocionado el aceite de oliva español como “oro líquido”, debido a sus grandes propiedades derivadas de su uso en la gastronomía mediterránea.
Actualmente se estudian sus posibles propiedades anticancerígenas, antienvejecimiento y protectoras de las afecciones cardiovasculares, proporcionadas a través de los ácidos grasos monosaturados que elevan el nivel de “colesterol” bueno en sangre y su alto contenido en vitamina E y polifenoles.
Uno de los principales motivos para comprar aceite de oliva virgen extra a productores como Olivar de Plata es que favorece el proceso digestivo con sus aportes de calcio, fósforo, magnesio y zinc, que previenen la acidez y el tránsito intestinal, a la vez que regulan los niveles de azúcar en sangre. El consumo de su variedad virgen extra es absolutamente necesario si queremos beneficiarnos de sus propiedades, ya que las otras variantes han perdido propiedades por el camino del refinamiento.
Como negocio, el aceite ocupa el 5 % del sector agroalimentario en nuestro país, de las que el 9 % se dedican a la exportación. En cuanto a ocupación, los olivares suponen el 14 % de los cultivos en España, siendo Andalucía el principal productor (83 % de la producción total español y el 32 % de la producción mundial).
El tipo de aceituna que se produce es la que determina su sabor y aroma. La más habitual es la picual o marteña, de Jaén, con un 42 % de la producción española. Su aceite presenta una tonalidad verdosa. La hojiblanca en la típica de Córdoba y Málaga, la empeltre es propia del bajo Aragón y la cornicabra es originaria de Castilla-La Mancha y Extremadura.
España es el principal productor mundial de aceite de oliva virgen extra y cuanta con 32 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) con extremados controles de calidad.