Se acerca de un año más la Semana Santa y eso supone días festivos para muchos españoles. Los hay que tienen vacaciones de jueves a domingo, otros más afortunados que se pueden coger la semana entera, y escolares que incluso unen el lunes posterior como día no lectivo. En cualquier caso, con estas previsiones de buen tiempo, lo mejor es empezar a hacer planes. Y hoy queremos proponerte desde aquí visitar una ciudad con mucha historia, como es el caso de Berlín. Llena tu maleta sin olvidarte de nada y arranca, en la capital alemana puede esperarte cualquier cosa. Incluso el amor. Yo de ti entraría también en la web de Lencería Paqui y me llevaría algo de ropa de descanso cómoda así como ropa interior sensual.
Hago este chiste porque esto fue lo que me ocurrió a mí, que fui a Berlín hace dos años con una amiga para visitar esta histórica ciudad y, como ya casi está llena de españoles, conocí al que ahora es mi marido. Y vaya odisea, porque yo sentía que él, después ya de unos días juntos, tenía ganas de dormir conmigo, pero yo no contaba con ello, así que no había llevado la ropa adecuada, y entrar en una corsetería tampoco era una opción porque no sé alemán y no podría expresarme. Así fue cómo di con la tienda online de Lencería Paqui. Aquí pude encargar la ropa interior que necesitaba y así salir del paso. Y la verdad es que desde entonces es mi web para comprar ropa interior de cabecera, ya que está a muy buenos precios y además no hace falta salir de casa para comprarla, algo que agobia mucho. Únicamente tengo los fines de semana libres en el trabajo y la verdad es que es un rollo salir de compras, porque todos los centros comerciales están llenos y no me encuentro nada a gusto.
Pero en fin, volviendo a Berlín. Esta ciudad alemana está llena de historia, y no muy lejana en el tiempo. Aquí podemos ver la Puerta de Brandeburgo, que es una de las entradas más antiguas de la ciudad de Berlín. Inaugurada en 1791 y ubicada en la Plaza de París, es todo un símbolo para la ciudad, ya que representa la paz sobre las armas.
Alrededor de 1795, la Puerta de Brandeburgo fue coronada con una escultura compuesta de una carroza con cuatro caballos tirada por la diosa de la Victoria en cobre. La que se puede ver ahora, sin embargo, es una copia realizada en 1969, ya que la original se destruyó en la Segunda Guerra Mundial. Tras la construcción del muro de Berlín, la Puerta de Brandeburgo quedó perdida y dividida en medio del este y oeste en tierra de nadie. Tras la caída del famoso muro la puerta volvió a recuperar su esplendor de antaño. Para llegar a ella, puedes coger el tren (S-Bahn) 1 o 2 y parar en Unter den Linden o el autobús número 100 con parada en la Puerta. Eso sí, que no te pase lo que a mí. Cuando vayas, asegúrate de que no está en obras y que puedas verla. A mí me tocó encontrarme con una lona serigrafiada que la cubría mientras la estaban arreglando.
Berlín es también una hermosa ciudad llena de zonas verdes. Creado entre 1897 y 1910 siguiendo los planos del arquitecto Alfred Koener, el Jardín Botánico de Berlín es uno de los más importantes y de visita imprescindible. Cuenta con 43 hectáreas y más de 1.500 especies de plantas formando parte de un increíble paisaje natural.
Asimismo, el Tiergarten no puede faltar tampoco en nuestro recorrido. Está considerado el Central Park de Berlín. En el siglo XVI era el lugar donde los nobles prusianos cazaban jabalíes y ciervos. Más tarde, el rey de Prusia, Federico el Grande, ordenó convertir la zona en un parque público. Diseñado por Georg von Knobelsdorff Wenzeslaus, el Tiergarten tiene más de 210 hectáreas, donde se puede practicar deporte, pasear en canoa y hacer picnics en familia.
Por su extensión, se recomienda recorrerlo en bicicleta. A lo largo de la ruta, te encontrarás con varias estatuas de personajes importantes de la historia alemana y con el monumento soviético levantado en 1945 como recuerdo a los caídos del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. En el parque se encuentra también la Casa de las Culturas del Mundo. Es conocido popularmente como la ostra embarazada y, con sus 68 campanas, es el mayor carrillón de Europa.
En verano, el Tiergarten está lleno de Biergarten (jardines de la cerveza) en los que tomar algo o comer las típicas salchicas alemanas.
La Isla de los Museos
Si hay algo que no nos podemos perder en Berlín son los muchos museos que hay para todos los gustos, aunque especialmente abundan los de arte, que atesoran grandes obras maestras procedentes de todos los rincones del planeta y de cualquier época histórica. Todos ellos se encuentran situados en el corazón de Berlín y completamente rodeados por las aguas del río Spree, esto es lo que se conoce como la Isla de los Museos, uno de los destinos culturales más completos que se pueden visitar en Europa. Aquí tenemos el Museo de Pérgamo, la Antigua Galería Nacional, el Museo Antiguo y el Museo Nuevo y el Museo Bode. Este conjunto es tan importante de un valor incalculable, tanto que está considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Para verlos todos es muy práctica la Berlin WelcomeCard Isla de los Museos, una tarjeta de 38,50 euros con la que podrás viajar durante tres días consecutivos con el transporte público y entrar a los museos de la Isla de los Museos gratis y obtener descuentos del 25 por ciento en otros museos de la ciudad. Es muy práctica para repartir la visita en varios días y no acabar tampoco saturado de museos. Y porque supone también un ahorro, ya que cada una de las entradas por separado tiene un precio de 12 euros.
Para llegar a la Isla de los Museos se puede ir en tren (S-Bahn) con las líneas 5, 7 y 75 parando en Hackescher Markt; con el autobús de las líneas 100 y 200, con parada en Lustgarten o Staatsoper; o con los tranvías M1 (parada Kupfergraben o Monbijouplatz) o M4, M5 y M6 (parada Spandauer Str/Marienkirche).
Los museos abren de martes a domingo de 10 a 18 horas. Los jueves, de 10 a 20 horas. El Museo de Pérgamo está abierto también los lunes.