¿Qué impuestos se presentan a Hacienda trimestralmente?

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Entre las obligaciones más importantes de un autónomo están los impuestos trimestrales, que son esos pagos y declaraciones que se deben presentar cada tres meses.

Muchos de los que empiezan en el mundo de los negocios no saben bien cómo funcionan estos plazos ni qué impuestos deben declarar, y eso trae problemas, multas o recargos innecesarios. Por eso, es fundamental conocer bien qué impuestos hay que presentar, cuándo se hacen esos pagos y qué modelos se deben rellenar.

 

¿Qué significa presentar impuestos trimestralmente?

Presentar impuestos trimestralmente quiere decir que cada tres meses toca hacer una declaración o liquidación ante Hacienda. No es que se pague un impuesto anual completo de una vez, sino que se divide el pago en cuatro partes para facilitar la gestión tanto para el contribuyente como para la Administración.

Estos plazos trimestrales son fijos, y la Agencia Tributaria establece ventanas concretas para realizar estas presentaciones. Si alguien no cumple, Hacienda puede reclamar, imponer multas o incluso bloquear operaciones bancarias.

 

Las fechas más habituales para presentar estos impuestos trimestrales son:

  • Para el primer trimestre del año (enero, febrero y marzo), la presentación debe hacerse entre el 1 y el 20 de abril.
  • El segundo trimestre (abril, mayo y junio) se declara entre el 1 y el 20 de julio.
  • El tercer trimestre (julio, agosto y septiembre) debe entregarse entre el 1 y el 20 de octubre.
  • Y el último trimestre (octubre, noviembre y diciembre) se presenta entre el 1 y el 30 de enero del año siguiente (en algunos casos, el plazo es hasta el 20 de enero).

Si el último día del plazo cae en festivo o fin de semana, el plazo se extiende automáticamente hasta el siguiente día hábil. Esto hay que tenerlo muy en cuenta para no perder la fecha.

 

¿Quién está obligado a presentar estos impuestos?

Prácticamente todos los autónomos y empresas pequeñas deben cumplir con estas obligaciones fiscales trimestrales. Hay impuestos que afectan directamente a la actividad profesional, mientras que otros corresponden a la titularidad de una empresa o sociedad.

En general, los autónomos que realizan actividades económicas están obligados a presentar el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) y el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) cada trimestre.

Por su parte, las empresas y sociedades tienen la obligación de hacer pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades cada tres meses. Además, dependiendo del sector o la actividad, puede haber otros impuestos especiales o retenciones que también se declaran trimestralmente.

 

Los impuestos trimestrales más comunes

Tramites Fáciles Santander, quienes entre otros servicios se encargan de presentar todos estos impuestos, nos ayudan a repasar los impuestos más frecuentes que se presentan cada trimestre.

 

  1. IRPF: el impuesto sobre la renta de los autónomos

El IRPF es el impuesto que grava los ingresos que obtiene una persona física, en este caso el autónomo o empresario individual. Para que el pago no sea todo junto al final del año, se realiza un pago fraccionado trimestral que se calcula sobre los beneficios obtenidos.

Este pago se formaliza rellenando los modelos adecuados y entregándolos en las fechas establecidas.

  • Modelo 130: Lo usan los autónomos que están en el régimen de estimación directa (ya sea normal o simplificada). Básicamente, este modelo recoge los ingresos y gastos para calcular una cantidad a pagar a cuenta del IRPF.
  • Modelo 131: Es el formulario para aquellos autónomos que tributan por el régimen de estimación objetiva, conocido también como módulos. Aquí el pago se calcula según parámetros fijos relacionados con la actividad y no según ingresos y gastos reales.

 

Además, el IRPF está relacionado con otros modelos que también se presentan en ciertos casos:
  • Modelo 111: Si un autónomo tiene empleados o ha contratado servicios profesionales que impliquen retenciones (por ejemplo, otros autónomos que le facturen), debe presentar este modelo para declarar esas retenciones.
  • Modelo 115: Aplica si el autónomo paga alquiler por el local o inmueble donde desarrolla su actividad. En este modelo se declaran las retenciones por el alquiler.

 

  1. IVA: la declaración del impuesto sobre el valor añadido

El IVA es un impuesto indirecto que grava el consumo. Cuando un autónomo o empresa vende un producto o servicio, debe añadir el IVA a la factura que emite al cliente. Sin embargo, quien realmente paga ese IVA es el cliente final, y el autónomo actúa solo como recaudador para Hacienda.

Cada trimestre, el autónomo debe declarar cuánto IVA ha cobrado (IVA repercutido) y cuánto IVA ha pagado en sus compras o gastos (IVA soportado). La diferencia es lo que debe ingresar o reclamar a Hacienda.

Este trámite se realiza con el:

  • Modelo 303: Es la declaración trimestral del IVA. Aquí se reflejan todas las operaciones del trimestre para calcular la cantidad que se debe pagar o que Hacienda debe devolver.

 

Es importante entender dos conceptos para manejar bien el IVA:
  • IVA repercutido: Es el porcentaje que el autónomo añade a las facturas a sus clientes. Depende del tipo de producto o servicio y puede ser general (21%), reducido (10%) o superreducido (4%).
  • IVA soportado: Es el IVA que el autónomo paga en sus compras o gastos profesionales y que puede deducirse del IVA repercutido.

Además, aunque el régimen general obliga a presentar el IVA cada trimestre, existe la posibilidad de hacerlo cada mes para quienes lo soliciten, siempre que cumplan ciertos requisitos. En ese caso, se usan modelos adicionales, como el modelo 340, para presentar los libros de IVA de forma mensual.

 

  1. Impuesto de Sociedades: pagos anticipados para empresas

Las sociedades mercantiles y otras entidades jurídicas deben pagar el Impuesto de Sociedades sobre sus beneficios. Este impuesto es anual, pero para no hacer un pago muy grande a final de año, se hacen pagos fraccionados cada trimestre.

Cada trimestre se adelanta una parte del impuesto que se calcula en base a los beneficios estimados o al resultado del ejercicio anterior.

La forma de presentar estos pagos fraccionados es a través del:

  • Modelo 202: Se presenta por vía telemática y en él se abona la cantidad correspondiente al trimestre.

Al final del año, cuando se presenta la declaración definitiva del Impuesto de Sociedades (modelo 200), se descuenta lo pagado en los pagos fraccionados y se liquida el importe final.

 

Otros impuestos y modelos trimestrales que pueden afectar

Además de estos tres impuestos principales, pueden existir otras obligaciones fiscales trimestrales que dependan del sector, la actividad o la forma jurídica:

  • Retenciones e ingresos a cuenta: Si una empresa o autónomo realiza pagos sujetos a retención (por ejemplo, a profesionales, artistas, arrendadores), debe presentar los modelos correspondientes (111 o 115) trimestralmente.
  • Impuestos especiales: Para ciertas actividades como la fabricación o importación de alcohol, tabaco o hidrocarburos, existen impuestos especiales que se presentan con periodicidad trimestral.
  • Declaración de operaciones con terceros (modelo 347): Aunque este modelo es anual, muchas de las operaciones que se reflejan en él se gestionan con registros trimestrales.
  • Declaración recapitulativa de operaciones intracomunitarias (modelo 349): Para empresas que hacen operaciones con otros países de la Unión Europea, esta declaración puede presentarse trimestralmente.

 

Consejos prácticos para cumplir con los impuestos trimestrales

  1. Llevar una contabilidad ordenada: Aunque no sea obligatorio llevar una contabilidad formal para todos los autónomos, sí es muy recomendable registrar todos los ingresos y gastos de forma clara y organizada. Esto facilitará mucho la presentación de declaraciones.
  2. No dejar las gestiones para el último día: Los plazos están fijados y los sistemas telemáticos pueden saturarse en los últimos días. Presentar con tiempo evita errores y sanciones.
  3. Conocer bien el régimen fiscal: Hay distintos regímenes para autónomos (estimación directa, estimación objetiva, módulos) y para empresas, y cada uno tiene particularidades en los modelos y cálculos.
  4. Contar con asesoría fiscal: Sobre todo al principio, es muy recomendable contratar una gestoría o asesoría que ayude a presentar los modelos correctamente y a evitar sanciones por errores o incumplimientos.
  5. Utilizar herramientas digitales: Hacienda pone a disposición plataformas electrónicas para presentar impuestos. Familiarizarse con ellas ahorra tiempo y complicaciones.
  6. Guardar justificantes y facturas: Siempre hay que conservar toda la documentación relacionada con ingresos y gastos, ya que Hacienda puede pedirla para verificar las declaraciones.

 

Consecuencias de no presentar o retrasarse en los impuestos trimestrales

No cumplir con esto a tiempo puede traer consecuencias negativas que es mejor evitar:

  • Recargos y multas: Hacienda impone sanciones por presentar fuera de plazo o por errores en las declaraciones. Estas sanciones pueden ir desde pequeños recargos hasta multas económicas importantes.
  • Intereses de demora: Si se paga tarde algún impuesto, se aplican intereses que incrementan el importe a pagar.
  • Problemas legales y bloqueos: En casos graves, Hacienda puede embargar cuentas o bienes.
  • Pérdida de beneficios fiscales: Presentar a tiempo permite aprovechar deducciones y beneficios que Hacienda otorga.

Por eso, cumplir con las declaraciones trimestrales es fundamental para mantener la salud financiera y legal del negocio.

 

Para tenerlo todo claro, aquí va un resumen sencillo

Impuesto Quién lo presenta Modelo Plazo presentación trimestral
IRPF (pagos fraccionados) Autónomos 130 o 131 Abril, julio, octubre, enero
Retenciones a terceros Autónomos y empresas 111 o 115 Abril, julio, octubre, enero
IVA Autónomos y empresas 303 Abril, julio, octubre, enero
Impuesto de Sociedades Empresas y sociedades 202 Abril, julio, octubre, enero

Además, otros modelos especiales pueden aplicarse según el sector o tipo de actividad.

 

¿Qué hacer si no se sabe por dónde empezar?

Si alguien está pensando en darse de alta como autónomo o crear una empresa, lo mejor es informarse desde el principio para no tener problemas luego. Buscar asesoramiento profesional es clave para entender qué impuestos se aplican en cada caso, cuál es el régimen fiscal más adecuado y cómo gestionar las obligaciones con Hacienda sin sorpresas.

Las asesorías fiscales pueden encargarse de todo el papeleo, hacer los cálculos y asegurarse de que los impuestos se presentan correctamente y a tiempo. Esto permite al emprendedor centrarse en su negocio y evitar preocupaciones fiscales.

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