Algunos neurólogos recomiendan la terapia con muñecos, complementándolo con el tratamiento farmacológico, para retrasar el desarrollo de la demencia y el alzhéimer. Otros psicólogos emplean la narración con figuras para detectar trastornos en sus pacientes. Conozcamos un poco más sobre este planteamiento terapéutico.
Los instructores de Escuela de Crecimiento, una academia que forma terapeutas y coach en disciplinas relacionadas con la psicología, el crecimiento personal y la asistencia social, señala que el trabajo con muñecos es una herramienta sumamente útil para emerger ideas alojadas en el inconsciente y ayudar a las personas a ordenar su pensamiento. Quizás esta técnica nos despierte ciertos prejuicios, pero lo cierto es que se lleva utilizando con éxito en muchas partes del mundo para abordar diferentes trastornos relacionados con la neurología y la salud mental.
La psicóloga norteamericana, Sue Jenings, impulsora del enfoque Internal Family Systems (I.F.S.) opina que los muñecos y otras figuras pueden ser utilizados en terapia para representar las partes de uno mismo que son difíciles de enfrentar directamente, ayudando a las personas a desarrollar una mayor comprensión y aceptación de sí mismas.
Este es, por tanto, un tratamiento terapéutico indicado para aquellas personas que no pueden verbalizar sus emociones, bien porque les cuesta enfrentarse a ellas, bien porque se han colocado barreras mentales para no acceder a esos espacios o bien porque tienen problemas de salud que bloquean esa área de su cerebro.
En cualquier caso, los muñecos forman parte del universo simbólico. Uno de los canales más poderosos de expresión del ser humano. Relacionado con la creatividad, la imaginación y la creación artística. Los medios que nos permiten explicar y sacar a la luz los sentimientos e ideas profundas que no sabemos o no podemos explicar de otra manera.
La terapia con muñecos para combatir el Alzhéimer.
El propio IMSERSO en su página web habla de los beneficios de la terapia con muñecos para combatir el desarrollo del alzhéimer y de la demencia senil. En los primeros estadios de estas enfermedades neurodegenerativas, someter a los pacientes a terapias de este tipo frena el desarrollo rápido de la enfermedad y permite descubrir con mayor profundidad su grado de evolución.
La Doll Therapy, que es el nombre técnico que recibe esta terapia afectiva, se basa en las teorías del apego, del objeto transitorio y de la atención centrada.
Mediante la interacción permanente del paciente con el objeto inanimado se logra frenar los estados de ansiedad y frustración que el enfermo experimenta cuando no puede realizar determinadas actividades que ve normales en el entorno.
En cierto modo, evita el aislamiento y la desconexión con la realidad a la que tienden este tipo de enfermos. Mediante las acciones que realizan con el cuidado del muñeco asocian de forma natural experiencias vividas a lo largo de su vida con la relación que mantienen con el objeto inanimado, logrando preservar determinados aspectos de su memoria emocional.
Cuidar el muñeco mejora el bienestar del enfermo. El cual ve una ocupación en su vida diaria frente a la tendencia, en muchos casos, a no saber qué hacer y esperar a que pasen los días. Con este tipo de terapia se ha comprobado que se retrasan los episodios de agitación y agresividad que se van haciendo cada vez más frecuentes a medida que avanza la enfermedad.
Hay que partir siempre de que esta es una terapia complementaria y que nunca puede sustituir el tratamiento farmacológico que le ha impuesto el neurólogo, ni el seguimiento ambulatorio.
Por otro lado, es una terapia guiada. Dirigida por terapeutas profesionales que van controlando la aplicación del método y proponiendo correcciones cuando sea necesario.
Los muñecos como herramienta para contar.
El blog Psience, Psicología aplicada a la salud, indica que los muñecos son un recurso habitual utilizado en el contexto clínico. Durante las sesiones entre el psicólogo y el paciente, la expresión por medio de muñecos permite al profesional descubrir determinados aspectos que no serían fáciles de detectar por medio de una conversación.
De sobra es sabido que una imagen es mejor que mil palabras. Recreando una situación con muñecos, el paciente expresa con profundidad como ve determinada relación con alguien de su entorno o consigo mismo. Esa recreación se realiza desde su prisma personal, lo que deja entrever determinados aspectos psicológicos que, en ocasiones, ni siquiera el paciente es consciente de que existen.
La comunicación a través de los muñecos combina la información racional con la información emocional. La información racional es un lenguaje lógico, elaborado en el hemisferio derecho del cerebro y que pretende ser objetivo, aséptico. Mientras que la información emocional es intuitiva, creativa y espontánea. Regida por el hemisferio izquierdo, es más subjetiva y se corresponde con los sentimientos y concepciones personales del individuo.
Este baile interhemisférico es un ejercicio que transmite con mayor profundidad el esquema mental de preocupaciones, sensaciones e intereses de la persona. Pudiendo abordar de una forma más consecuente sus problemas psicológicos.
La terapia con muñecos está integrada dentro de la Teoría General de Sistemas, un enfoque interdisciplinar que desarrolló el biólogo austríaco Karl Ludwig von Bertalanffy durante la segunda mitad del siglo XX.
Según esta teoría, un sistema no es una suma de partes, sino que está formado por elementos que se interrelacionan entre sí. Para estudiar un sistema es conveniente representarlo visualmente. Los muñecos facilitan la materialización de un sistema mental.
Beneficios de la terapia con muñecos.
Desde luego, la terapia con muñecos puede resultar bastante clarificadora para un psicólogo, pero también lo es para el paciente. Estos son algunos de los beneficios que le pueden reportar:
- Expresión emocional: Los muñecos proporcionan una forma segura y no amenazante para que los pacientes expresen emociones reprimidas.
- Desarrollo de habilidades sociales: Al interactuar con los muñecos, los pacientes pueden practicar habilidades sociales como la comunicación, la empatía y el trabajo en equipo.
- Reducción del estrés y la ansiedad: Manejar los muñecos actúa como una forma de terapia de relajación, ayudando a reducir los niveles de estrés y ansiedad.
- Autoexploración y autoconocimiento: Los pacientes pueden proyectar sus propias emociones y conflictos en los muñecos, lo que facilita la autoexploración y el autoconocimiento.
- Aumento de la autoestima: Al recibir retroalimentación positiva y refuerzos durante la terapia, los pacientes experimentan un aumento en la autoestima y la autoconfianza.
- Mejora de la comunicación: Los muñecos pueden servir como «mediadores» en la terapia, facilitando la comunicación entre el paciente y el terapeuta.
- Exploración de roles y solución de problemas: Los muñecos permiten a los pacientes explorar diferentes roles y situaciones, lo que les ayuda a desarrollar habilidades para la resolución de problemas.
- Regulación emocional: Manipular los muñecos ayuda a los pacientes a regular sus emociones, especialmente en situaciones de estrés o conflicto.
- Fomento de la creatividad: Al jugar y crear historias con los muñecos, los pacientes pueden fomentan su creatividad y desarrollar sus habilidades de narración.
- Terapia no verbal: La terapia con muñecos ofrece una forma no verbal de comunicación terapéutica, especialmente beneficiosa para pacientes que tienen dificultades para expresarse verbalmente.
Sacar el niño que llevamos dentro.
Mediante el juego con muñecos, los niños manifiestan como ven el mundo. Especialmente su relación con su entorno más cercano: la familia, el colegio, los amigos. Expresan entre líneas las cuestiones que les preocupan y como piensan ellos, que deberían establecerse las relaciones interpersonales. Presentan problemas y conflictos y se plantan cómo solucionarlos.
Por supuesto están jugando y se lo pasan bien. Pero lo que están haciendo indirectamente es una proyección de la vida. Construyen una versión de la realidad en la que viven o han visto, dentro de un entorno controlado que pueden manejar. El juego contribuye de manera decisiva al aprendizaje y crecimiento personal de los niños.
Por otro lado, los niños desarrollan una relación de apego con los juguetes que va más allá de la simple posesión natural. Los cuidan y se preocupan de ellos, como si fuera una parte integrante de su espacio personal. Todo esto son características que tenemos de pequeños y que la sociedad ya se ocupa de borrarlas de nuestra cabeza a medida que vamos creciendo. Sin embargo, son habilidades que nos pueden ser útiles en un momento determinado.
Me refiero a crear representaciones controladas en las que resolver problemas, bien sea en la vida o en el trabajo. O establecer conexiones de apego positivo que sobrepasen la posesión material.
Una empresa de construcción, para planificar un proyecto, suele encargar una maqueta que le sirve de guía en el trabajo, y le permite afrontar de forma visual posibles problemas a los que se pudiera enfrentarse durante la construcción.
Los estrategas militares, en otros tiempos, recreaban con figuras los campos de batalla para formular campañas militares y dirigir a sus ejércitos.
A otro nivel, todo esto nos lo podemos plantear en lo que se refiere a nuestra relación con nuestro entorno o con nosotros mismos.
Aunque este enfoque terapéutico puede despertar reticencias debido a prejuicios preconcebidos, la terapia con muñecos es una alternativa que puede ayudarnos a superar ciertos problemas personales que afectan nuestra vida.